martes, 10 de noviembre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 10 y medio

Esas palabras, ya las he leído alguna vez. Las he visto por ahí. No sabe donde. Y en cada piso hay alguien sentado. Y unas moscas le vuelvan encima de la cabeza. Tiene puesto un sobretodo y siente mucho calor, transpira. Parece que quiere escribir o intenta hacerlo. No se ve muy bien. En todos los pisos está la misma persona. Hasta que siente un ruido muy fuerte y su cara pega contra un espejo. Y se puede ver y las moscas ya no vuelan más. Siente todos sus huesos rotos. Cada uno de sus ligamentos cortados. Su corazón bombea cada vez menos y sus pupilas se dilatan a cada segundo. Agarra el espejo para poder recordar su cara y saber quien fue. Saberse violador o un vecino maloliente. Saberse un padre, una madre, o la mejor novia. Acerca el espejo con su mano derecha.


Los espejos siempre demuestran que uno está ahí, solo ahí. Una replica de la realidad. La verdad. Esa imagen. Esa que ha sido su aliada de siempre; y mira que en su frente hay un papel doblado al medio. Lo saca con su mano y lo lee: dice “yo”….¿y ahora? Las pulsaciones se levantan, las pupilas quedan duras. Y comienzan a caer los cuerpos desde los edificios. Cada uno con su palabra en la frente. Son ocho, nueve, diez. No puedo respirar. Los pulmones se llenan de sangre. Alguien se acerca de a poco a su cuerpo inmóvil. Tiene un sobretodo puesto, transpira y unas moscas le vuelan por su cabeza. Acerca su rostro y sonríe. Sabe que ha triunfado. Sabe que ha matado a la persona correcta. Sabe que su mente fue superior y pudo lograr matar a la persona exacta, única. A cada una de esas personas, a todos. A una, a él...a vos...a mí.

Y esa mente, con la visión de los espejos que siempre (de)muestran y (de)forman lo que uno quiere ver, a veces no vemos que esa realidad no es la verdad, y esa verdad es nuestro modo de vida. Los fabricantes de espejo, pienso mientras me levanto del suelo, ya deben de tener ciertos intereses para construir su realidad como verdadera. Solo queda vomitar y volver a cambiar, una y otra vez, hasta encontrar nuestro reflejo.

Y seguí caminando por ahí…otra vez sin saber que escribir. Solo se que los espejos me lo irán a reflejar...o no.

Fin

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 10 -parte uno-

Ya no sentía nada. Mi cuerpo era tan diáfano. No formaba sombra alguna. Una pluma eran diez mil quilos de hierro. Ya no sentía nada. Solo podía mirar en el espejo mi cara. Desdichada, fútil, impropia de la realidad. Solo miraba en el espejo todos los momentos que pasaron hasta hoy, vaya a saber el día que es. Solo miraba miles de moscas volando arriba de mi pelo. Solo miraba en el espejo el fin, y el comienzo, de esto que soy hoy: nada.

Mis pies ya no sabían para donde ir, estaban acostados sobre dos pantuflas que eran propiedad de alguien. Las encontré en el pasillo de mi edificio. Hacía más de cinco días que estaban en el basurero. Eran de mi talla y se vinieron conmigo. Mis pies ahí estaban, en el lugar de otra persona. Vestidos con la ropa de otros pies, reflejándose en el espejo. El espejo dice más de lo que uno puede pensar. Nos muestra que hay detrás de nosotros. Nos muestra mirando para atrás, nos muestra en la posición inversa. Nos muestra que somos: a nosotros. Me muestra a mí. Pálido, sin aire. Sin color alguno en mi piel. Hace días que no salgo de estas cuatro paredes (o cinco, o seis). He desvariado más de la cuenta, ya no se si es ficción o es realidad ¿Quién soy? ¿Soy de verdad? ¿Puedo respirar? ¿Soy el personaje que estaba buscando? ¿Al fin lo encontré? ¿Soy de ficción? Si, si. Soy una creación de mi propia mente. Soy una creación de todo esto, de cada uno de nosotros, de todos. Si, soy de ficción. Yo no soy así. Yo tengo un nombre y familia. Soy una persona como todas. Como, corro, camino, duermo, vivo, respiro. Soy parte de este cuento. Soy una creación de mi razón. Yo no soy. Él debe ser el personaje que siempre busqué. Yo estoy acá, escribiendo desde acá. Al fin te encontré. Lo siento, sos vos...soy yo.

Subo todas las escaleras de mi mente, como el cuadro de Escher. Llego hasta el fin, llego a la terraza. Siento el aire en mi piel, mejor dicho él siente el aire en la piel. Le hace mal, lo corrompe. Lo intoxica el aire que los demás respiran. Tiene puesto un sobretodo gris. Siento calor, mejor dicho él siente calor. Transpira y quiere respirar pero le da asco el olor a toda la ciudad. Vomita.
Comienza a caminar por la cornisa. Me siento el mejor equilibrista, el que mantiene el equilibrio más tiempo. He caminado con los cordones desatados por miles de cornisas; mejor dicho, él camina.

Falta poco, ya falta poco. La noche se acerca y aparecen diez personas en el lugar. Mis padres y su mirada altiva. Mi vecino vomitivo. El violador desquiciado. Todos con un cartel en su frente con palabras:

muerte – miedo – negro – blanco – flash – oscuro – televisión -dinero - realidad - ficción – yo - él


martes, 27 de octubre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 9

Y caminé hasta el baño a vomitar no se que. Algo que comí, tomé, fumé. Su color es un rojo fuerte. Parece sangre. Pero en mi garganta no hay si quiera un rasgo de gusto de sangre. Más bien sabe a vino picado, malo y barato.

Me senté en mi sillón de los años coloniales y prendí la televisión buscando inspiración para matar o morir o ya no se que tipo de inspiración necesito. Había una película que siempre llamó mi atención más de lo habitual.

Cambio.

Ahora un programa de chimentos. Vomito, no paro de hacerlo por unos segundos.

Cambio.

Un dibujo animado de mi infancia. Recuerdo a mis amigos y sus miedos. Recuerdo a mis mascotas y su sin razón para vivir pero se alimentaban gracias a mi madre y que, a cada momento, me repetía que tenía que aprender a hacerme cargo de las cosas Vomito más de un minuto.

Cambio.
Cambio.
Cambio.

Aparece la misma película.

Cambio.

No aguanto la repulsión del zapping. Se me revuelve el estómago. Vomito a más no poder. Siento que la realidad está tan bien representada en la televisión. Mi realidad está muy bien representada. Mi vida es cambiar y cambiar. Recordar y recordar. Mi vida es repulsiva, mi vida es un zapping.
Mi vida está para que todos la miren, para que hagan de ella lo que quieran. Mi vida es televisada. Mi vida es eso. Nada, como la televisión, ¿acaso Dios hizo la televisión para mostrarnos como vivir?, ¿acaso la televisión es Dios? Entro en pánico. Un pánico difícil de explicar pero me siento observado. Vigilado. Me siguen. Veo sombras. No puedo más. Cambio y vuelvo a vomitar.

Cambio.

Vomito tres veces más y pierdo las fuerzas. Siento que ya no puedo más poco a poco me despego, el tiempo ya no es tiempo, los segundos son eternos. Se descomponen. Mis huesos pierdan peso, no soy más q un pedazo de carne, un ente que ya no es liviano, étereo.
Las pastillas hicieron desde hace un par de horas (o días) que mis palabras pierdan cada una de las sílabas. Se van, se apagan.... Vomito mi última palabra.
Cambio y apago.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 8

Apoyo mis pies acalambrados al costado de la cama. Cinco, diez, quince minutos, mi cabeza entre mis manos entrelazadas, levantarme es casi un sacrificio. Camino haciéndome espacio entre pilas de ropa, cajas y quien sabe qué cosas qué en algún momento habrán ido a parar ahí, ya no importa levantarlas ¿para qué? Sólo será un detalle más del paisaje nefasto que verá el que me encuentre. El que me vea por primera vez después del final. ¿Quién será? Tantas miradas en esta vida sin vida, tantas que habrán querido ver mi fin cercano ¿Quién tendrá ese placer? Papá y su altanería, siempre desde arriba, aún cuando después de los 18 lo pasé por varios centímetros. Nunca estuve a su altura., nunca fui suficiente. Ella …ella y su mirada calidad, tan perfecta que a veces duele verla, ella y sus ojos cálidos, esa pena constante al verme, esa necesidad de salvarme, para salvarse. Mi jefe y su soberbia , su agresión, su necesidad de verme como un inferior para sentirse superior, de denigrarme para que sus triste y pequeña vida tuviera algún sentido.

Ese bastardo estaría feliz de verme vencido.

Sacudo mis pensamientos y con la mano limpio un poco el espejo y de frente me miro, todo se me viene de pronto, el vestido negro, las gardenias y esos ojos negros y opacos…siento que contorneo su cintura, la dibujo en la nada y la siento por un instante presente,esa mirada que por un instante sostuvimos, por una vez sentí que me correspondía, que en este mundo eramos oprimidos, estábamos juntos en el margen de esa realidad perfectamente diseñada, de la que escapábamos aunque noi quisiéramos. Intento abrazarla, pero es inútil. Mi baño otra vez, la luz blanca, el olor rancio y algo más que perdí por no saber conseguirlo.

No importa quién sea el que me encuentre, ninguno se va a sorprender demasiado. Si muero ellos van a vivir.

Nota al pie (de la letra):
Este día fue escrito, de manera bella, por una escritora pagana de estas tierras cordobesas. Gracias estimada por participar y ser parte.

martes, 13 de octubre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 7

Llueve. Hace cinco días que no para de llover. La rutina de los días de lluvia hace cayos en mi cuerpo. Llueve. Ya no se que hacer. Mi mente no me permite volver al día exacto que comencé a pensar que historia quería escribir. Llueve y ninguna gota refleja la vida de las personas. Ninguna gota moja a un ser insípido que se deja inundar buscando ahogarse con su propia saliva. Todos corren, todos van. Y yo acá, muriendo para volver a vivir. Viviendo para poder morir. Hace días que no se me ocurre más que palabras sueltas:

muerte – miedo – negro – blanco – flash – oscuro – televisión -dinero - realidad - ficción – yo - él

Tendría que afeitarme. No encuentro mi cara en el espejo. No recuerdo mi cara. No se como soy en realidad ¿Soy en realidad? Y comienzo a recorrerme y recordarme ¿Quién era cuando niño? Solo jugaba solo ¿Nací? sin esencia ni perspectiva de vida. Todos nacemos así. Luego proyectamos. Y yo quise ser bombero, jardinero, jugador de fútbol y escritor. Creo que si hubiese sido bombero podría haber muerto en algún hito heroico y ya sería parte de algún libro de historia o alguna novela. Podría haber escrito un libro igual.

Y aparecen más palabras sueltas, tres, cuatro, cinco...ya perdí la cuenta. Necesito conectores :Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis..30. Treinta pastillas y un whisky malo de supermarket de estación de servicio. Y duermo, hasta no se cuando....duermo.

martes, 6 de octubre de 2009

Luz, solo luz...


.......y será que su voz llegó hasta el sol......


Favor de cerrar los ojos y dejarse llevar por la letra, melodía y voz